Es un salmo que nos recuerda que Altísimo está siempre con nosotros, que no importa cuán sobresaliente sea el mal que nos rodea, Él es nuestra fortaleza y nuestro refugio seguro.Por otra parte, en el Salmo 91 se mencionan varias promesas de protección divina, como la de librarse de trampas y pestilencias, y la de ser rescatado de todo peligro.